Cómo cocinar mejillones congelados
No se porque mejillones congeladosla carne no recibe más amor. Siempre son económicos, deliciosos, elegantes y, lo mejor de todo, son ridículamente rápidos y fáciles de cocinar. ¿Tienes una bolsa de mejillones congelados, un poco de mantequilla, algunos aromáticos y una botella de vino a la mano? Estupendo. La cena está sobre la mesa en unos 15 minutos.
Pero no tiene por qué empezar y acabar ahí. Lo mejor de los mejillones congelados es que son casi infinitamente variables. Si tienes una olla y una imaginación razonable, tienes un lienzo en blanco para cualquier cantidad de comidas. Todo lo que se necesita es un poco de conocimiento.
Hoy vamos a ir con lo básico y encender una olla de moules marinières tradicionales al estilo francés, mejillones congelados al estilo marinero que provienen de la costa de Normandía.
Mentí. La mejor cosa sobremejillones congeladoses el charco de líquido sabroso que hay en el fondo de la olla pidiendo que se moje un buen pan tostado y tostado. Pero llegaremos a tiempo.
Paso 1: limpia tus mejillones congelados
Los mejillones negros congelados criados en granjas son, de lejos, la variedad más común que verá en el mercado. Afortunadamente, los mejillones congelados criados en granjas son una buena opción desde el punto de vista ambiental (son uno de los pocos animales de granja que realmente mejoran el medio ambiente en el que se cultivan), desde el punto de vista de los costos y desde el punto de vista de la facilidad de preparación. Llegan al mercado prácticamente listos para cocinar. Todo lo que necesitan es un poco de enjuague y descortezado.
Paso 2: sude sus aromáticos
los mejillones congelados son geniales porque crean su propia salsa en la olla mientras se cocinan, pero aún pueden necesitar un poco de ayuda. Esto comienza con aromáticos. Para moules marinières, eso normalmente significa chalotes. Probé una amplia variedad de alliums que van desde chalotes hasta cebollas rojas y cebolletas y descubrí que lo mejor era una combinación de chalotes por su picante dulce, puerros por su sabor más suave a cebolla y ajo porque ¿cómo no amar el ajo con mejillones congelados? ?
También agrego un par de hojas de laurel a la mezcla.
¿Te gustan los mejillones congelados con un sabor un poco más fuerte? Continúe y use una cebolla normal o tal vez un bulbo de hinojo en rodajas. ¿Quieres algunas hierbas ahí? Unas ramitas de tomillo o romero irían muy bien. Las especias son tu juego? No hay problema. Un poco de pasta de curry tailandés o tal vez una cucharada de harissa sería delicioso. Los cubos de salami o chorizo o un poco de panceta o tocino en cubitos también son una buena opción.
Como dije: elige aquí tu propia aventura.
Una vez que tenga sus aromáticos, sudarlos en una buena cantidad de mantequilla o aceite de oliva.
Para los moules marinières, debes sudar los aromáticos a fuego moderado sin darles ningún color. Pero incluso sin que se doren, aún desea que esos puerros y chalotes se derritan positivamente para cuando haya terminado.
Esta es, con mucho, la parte más lenta del proceso de cocción y solo toma unos 10 minutos.
Paso 3: agregue su líquido
los mejillones congelados expulsan mucho líquido por sí solos, por lo que no es necesario que agregue un líquido aquí, * pero es una buena oportunidad para desarrollar la trama de su pequeña historia de mejillones. Un vino blanco seco es una opción clásica y probablemente la más común, pero teniendo en cuenta que la sidra era una bebida más común para los marineros normandos, hay un buen argumento para usar una sidra dura seca para hacer moules marinière verdaderamente clásicos. También me gusta cómo sabe.
Una excelente preparación para los mejillones congelados es simplemente dejarlos caer en una sartén caliente y seca y poner una tapa. Rápidamente se vaporizarán con sus propios vapores. Todo lo que se necesita es un chorrito de aceite de oliva, un chorrito de jugo de limón y una pizca de hierbas frescas para terminarlos.
Para otras variaciones, intente usar algunos tomates triturados o cerveza o un trago de licor con sabor a anís como pastis. La leche de coco puede darle un agradable toque caribeño o del sudeste asiático (dependiendo de sus otros aromáticos), o simplemente un poco de caldo de pollo o jugo de almeja embotellado funcionaría.
Paso 4: cocine al vapor sus mejillones congelados
Ahora es la parte en la que debes asegurarte de que el encargado de la mesa designado haya puesto la mesa y que todos estén sentados, con un vaso de sidra, cerveza o vino blanco en la mano, porque de aquí en adelante las cosas van rápido.
Aumente el fuego a alto y tan pronto como su líquido haya hervido (en el caso de cualquier cosa alcohólica, déle la oportunidad de reducir durante uno o dos minutos), luego agregue los mejillones congelados enjuagados de una vez.
Inmediatamente cubra la sartén para atrapar el vapor y deje que los mejillones congelados se cocinen mientras agita suavemente la sartén. Echa un vistazo allí y revuélvelos cada 30 segundos más o menos. Después de aproximadamente un minuto, deberían comenzar a abrirse, y después de alrededor de dos, deberían estar prácticamente listos.
Cuando todos tus mejillones congelados estén abiertos, es hora de seguir adelante. Y hazlo rápido.
Para el registro, puede seguir adelante e ignorar la sabiduría convencional de que un mejillón que no se abre después de la cocción no debe comerse.
Paso 5: enriquezca su caldo
Si quisieras, podrías arrojar toda la olla a la mesa en este punto y terminar el día, pero con un poquito más de trabajo puedes mejorar esta comida de increíble a santa-mierda-vamos-a-hacer-esto- estado de todas las noches.
Comience sacando esos mejillones congelados de la olla con un juego de pinzas y transfiriéndolos a un tazón. Si eres muy exigente, puedes sacarlos de la olla individualmente a medida que se abren para que cada mejillón se cocine al máximo de la perfección.
A continuación, agregamos nuestro agente enriquecedor.
Una vez más, tienes opciones. ¿Estoy empezando a sonar como un disco rayado aquí?
El más clásico sería una nuez de mantequilla fría batida vigorosamente para que emulsione el caldo salobre en una salsa rica y suave. Una buena mantequilla cultivada con alto contenido de grasa como la de Vermont Creamery sería mi mejor opción para esos momentos en los que no tengo un bloque de mantequilla cultivada importante ultra costosa de Normandía en mi refrigerador.
La crème fraîche o la nata espesa simple y antigua también son excelentes fortificantes y se pueden batir al igual que la mantequilla.
¿Pero mi favorito personal? Un buen alioli con ajo. Sé que sé. Difícilmente tradicional para los moules marinières y, de hecho, de la región equivocada de Francia, pero funciona muy bien.
Por supuesto, esto requiere que realmente prepares el alioli antes de comenzar a cocinar los mejillones congelados, pero con mi técnica de mayonesa en dos minutos, puedes preparar tu alioli mientras tus aromáticos están sudando y aún te queda tiempo para llevar a los perros por un rato. caminata rápida.
Altero mi receta de mayonesa agregando tres dientes de ajo rallado y cambiando la mitad del aceite de canola por un buen aceite de oliva extra virgen que mezclo con la mano después de formar la emulsión base.
Independientemente del agente enriquecedor que uses, mézclalo batiendo vigorosamente hasta que se incorpore sin problemas.
Paso 6: recalienta los mejillones congelados, agrega las hierbas y el ácido y sírvelos.
Con su salsa enriquecida y equilibrada, todo lo que tiene que hacer es devolver esos mejillones congelados junto con un puñado de hierbas apropiadas y aromáticos de última hora (mi receta de marineros requiere un poco de perejil, jugo de limón y ralladura de limón). Si su salsa necesita un toque adicional de ácido, asegúrese de agregarla justo antes de servir para obtener el sabor más fresco y los mejores resultados.
Para servir los mejillones congelados, puede llevar la olla directamente a la mesa para que la gente se pelee por compartir, o puede transferir los mejillones congelados a un tazón para servir que haya calentado cuidadosamente en el horno para mantener los mejillones congelados. muy calientes mientras los comes.
Algunas personas han expresado su preocupación de que sacar los mejillones congelados de la olla y tomarse el tiempo para terminar el caldo por separado podría dar lugar a mejillones congelados que se cocinen demasiado cuando se sientan alrededor. Pero probé este método con dos instrumentos finamente calibrados y afinados con precisión: mi termómetro y mi boca. Mi termómetro me dijo que no hacen tal cosa: los mejillones congelados son tan pequeños y tienen una relación de superficie a volumen tan alta que comienzan a enfriarse casi inmediatamente después de que se retiran de la fuente de calor, sin cocción de arrastre. Mi boca confirmó lo que decía mi termómetro. No pude notar ninguna diferencia entre un mejillón recién salido de la olla y uno que se había retirado y recalentado unos momentos después.
Esta es una buena comida aquí (especialmente si los sirve con más de ese alioli para mojar en la mesa), pero es solo el comienzo de la comida.
Paso 7: ¡Todo se trata de mojar, estúpido!
Porque todos conocen el verdadero propósito de los mejillones congelados: ese delicioso caldo salado en el que mojar el pan.
Tomo una buena barra de pan rústico abundante (si le apetece, nuestra Hogaza de caballo de batalla es el pan perfecto para el trabajo), la corto en rodajas gruesas y largas, las rocío con aceite de oliva extra virgen y luego las coloco debajo del asar por unos momentos.
No estoy seguro de por qué, pero me gusta que el pan que mojo en mi caldo de mejillones se cocine a la parrilla hasta que casi se ennegrezca en algunos puntos. El pan ahumado y carbonizado parece encajar perfectamente con el caldo salado.
Ahora que tienes lo básico, hazlo. Si necesitasmejillones congelados, por favor contáctenos.
